Seleccionar página

Hombres, arrimemos el hombro

Hombres, arrimemos el hombro | Tareas

Hombres, arrimemos el hombro

De la despedida de Alberto Carlos Rivera Díaz del pasado lunes me quedo con la última parte de su intervención. Anunció su dimisión como presidente de Ciudadanos, que no ocupaba su escaño y su abandono de la vida política. Sin autocrítica, porque eso parece que no va con los macho-alfa aspirantes a presidente, pero con un argumento que me sonó falso: su confianza en la nueva etapa de que ahora será mejor hijo, mejor padre, mejor pareja y mejor amigo. Todo porque había llegado el momento de dedicarse a su familia. ¿Qué había hecho hasta entonces? ¿De dónde alimentaba su visión del mundo real?

No puedo negar que volví a rememorar la despedida de hace unos años de un consejero del Gobierno regional recién cesado que parecía encontrar solo consuelo asegurando a los cuatro vientos que tendría más tiempo para sus hijos, a los que había tenido abandonados. O aquellas declaraciones del flamante candidato in pectore que confiaba en ser elegido para repetir en la lista, y al descubrir que su partido lo había mandado a paseo sacó de nuevo el consabido argumento de que a partir de ahora iba a dedicarse a su familia. Cuando apenas unas semanas después volvió a ser designado para ocupar un puesto en el Senado, me acordé de aquellas palabras de Miguel Sánchez. El orgullo y la responsabilidad del cargo que le prometió Inés Arrimadas sepultaban esas declaraciones no tan lejanas.

Seguir leyendo

Artículo de Pedro J. Navarro